jueves, 26 de mayo de 2011

Alguien a quien amar...


Entiendo a los malos, a los que hacen cosas horribles… Los entiendo.
Creo que simplemente son gente que no tuvo otra alternativa. Entiendo porque sé, que simplemente, buscan a alguien a quien amar…
Creo que nuestro corazón es como un motorcito chiquito que todo el tiempo busca y busca encontrar a esa persona especial, no se cansa nunca! Aunque estemos vencidos, él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amor...
Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no. El corazón no es tan egoísta.
Él sólo busca a alguien a quien darle su amor, alguien que se deje amar.
A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el camino. Y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos: “no es por acá”. Pero no lo escuchamos.
Sin embargo, al final, el corazón siempre se hace escuchar. ¿Cómo ignorar esos latidos que son las señales que nos indican el camino? Uno puede estar perdido, pero buscar el camino, ya es, en parte, encontrarlo.
Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, buscá en tu corazón, buscá en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá alguien a quien amar...

lunes, 23 de mayo de 2011

El valor de las palabras...


Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir, hasta que empieza a decirlo. Las palabras están
ahí, atrapadas en tu cabeza... quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas!
Uno cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo más poderoso: preguntas.
Las palabras, cuando llegan, te despiertan.
Las palabras son pensamientos que se convierten en acción.
Las palabras provocan, inquietan, movilizan.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero cuando una palabra tiene valor, contiene mil
imágenes.
¿Hay acaso una expresión más hermosa, llena de sentido y amor que “te doy mi palabra”?
Te doy mi palabra es un acto de entrega, de amor, de confianza. Es más que una expresión de deseo,
un compromiso de vida. Es un acto de fe.
Porque cuando todo perdió valor, puede rescatarnos la palabra...